
Juan tiene varias certificaciones, Pedro no tiene ninguna.
Juan está por tomar un nuevo curso de certificación. Pedro está, vagamente, pensando en tomar un curso de certificación, pero no se decide. Según Juan, tener una certificacion te abre puertas. Al menos eso le ha dicho.
A Pedro no parece importarle mucho tener o no tener una certificación, pero después de ver que Juan ha obtenido una nueva certificación (sí, otra más), le ha caído el veinte: quizás tener una certificación sea necesaria para no quedarse atrás. Después de todo es el único de la camarilla quien no posee ninguna.
Pedro ha investigado cómo y cuánto cuesta certificarse. Le ha parecido relativamente aceptable el costo monetario y de tiempo de inversión en esta tarea que se ha propuesto cumplir.
La persona que imparte el curso parece ser un profesional y las clases no son una pérdida de tiempo. Los compañeros de clase son una mezcla de profesionales, semi profesionales y meros estudiantes universitarios. Nada fuera de lo común.
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